Suficiente

Es demasiado caro. Ahora no es el momento. Ya lo haré más adelante. Esto no es lo que realmente necesito, pero me puedo apañar.

Si estás leyendo este blog, es muy probable que te sitúes del lado de la frugalidad y que busques siempre sacarle el máximo rendimiento a cada euro gastado e invertido.

Es muy posible que veas como otros gastan su dinero y tengas la sensación de que están completamente equivocados y notes un cierto orgullo interior sabiendo que tu lo haces mejor, que la seguridad que te da disponer de un modesto patrimonio bien gestionado no tiene precio. Y no te equivocas, desde luego.

No eres una rara avis, simplemente la mayoría de inversores o ahorradores somos así. Pensar en el día de mañana y tener la fuerza de voluntad de posponer el impulso es lo que nos ha traído hasta donde estamos. Quizá te lo transmitieron tus padres o quizá estés haciendo lo opuesto a lo que ellos hicieron. Cada persona es un mundo, con sus inquietudes, anhelos y como no, circunstancias.

Invertir cada mes, en días soleados y lluviosos es lo que te permite hoy disfrutar de una cierta seguridad y te da la libertad de poder elegir tus batallas, algo realmente valioso y difícilmente valorable.

La cuestión inevitable que a todos nos llega a lo largo de nuestra vida es: ¿cuando es suficiente?

Y la respuesta, no puede venir de la regla del 4%, de los estudios de alguna universidad de la Ivy League o de lo que has leído a algún divulgador financiero al que aprecias. La respuesta, sólo puede venir de ti. 

Para que la bola de nieve gire, es necesario alimentarla con brío. Especialmente los primeros años, pues como sabemos el tiempo es el verdadero impulsor del interés compuesto. La disciplina y la excel se convierten en las fuerzas que la empujan y la guían para que no descarrile y crezca.

Quitarte gastos superfluos o ser capaz de vivir con menos, son herramientas fundamentales que además aportan paz mental, sin embargo, ¿qué sucede cuando objetivamente te encuentras ya en una situación envidiable pero eres incapaz de disfrutar de lo que has conseguido?

Veamos un ejemplo práctico, que seguro que resuena contigo si has salido de vacaciones este verano.

La inflación ha disparado los precios de todo, y las vacaciones no son una excepción. Todo está prohibitivo. Puedes permitirte perfectamente irte de vacaciones y comer o cenar en buenos restaurantes, pero con todo lo que te puedes ahorrar, podrías aumentar la inversión a realizar este año. 

La vida, como aprendemos a la fuerza con el paso de los años, no cabe en una hoja de cálculo. Tus hijos, si los tienes, no serán pequeños más que unos breves años. Tu pareja y tu no estaréis mejor físicamente y de salud dentro de veinte años que ahora. Tu capacidad de disfrutar de ciertos placeres, irá en declive con el paso del tiempo.

Como siempre, no se trata de volverse loco y dilapidar en cosas absurdas lo conseguido. Se trata de entender que el dinero es solo una herramienta, y que las herramientas están para conseguir otras cosas. La seguridad para el futuro sin duda es algo positivo, pero no olvidemos aquel chiste que nos dice que si uno quiere tener la certeza de tener un techo donde dormir cada noche y comida caliente cada día, no tiene más que ir a la cárcel. 

La vida es algo más que satisfacer nuestras necesidades básicas. Es aprender a disfrutar de las experiencias y de los momentos especiales, que son de las pocas cosas que se vuelven más valiosas con el tiempo y para eso, en algún momento se debe aprender a decir suficiente.

Si te cuesta hacer deporte, quizá sea el momento de contratar a un entrenador personal, que te ayude a mantener la constancia y no lesionarte. Si te gusta aprender, puede que sea el momento de comprar ese curso que siempre te pareció caro, pero que tienes tanta curiosidad por hacer. Quizá ahora tengas que renovar el fondo de armario y asumir que llevas demasiado tiempo con la misma ropa. Puede que una vez alcanzado un patrimonio razonable puedas aumentar las donaciones a aquellos que no han tenido tanta suerte en la vida.

De nuevo, cada caso es único y la única respuesta válida será la tuya. 

En el término medio está la virtud. Atreverse a mover la línea y a disfrutar de la herramienta que tanto te ha costado gestionar, no es un error, sino la aceptación de que la vida es fugaz y que los que queden después de ti, probablemente se alegrarán de recibir lo que hayas creado con esfuerzo, pero más de aquella experiencia cenando frente al mar, de esas zapatillas que tanta ilusión le hacían o del curso de buceo que hicisteis juntos.

No dejes de ahorrar e invertir, de nuevo irte al otro extremo tampoco será la solución. Simplemente no postergues ir disfrutando lentamente de lo conseguido.

Tanto si hay un mañana como si nunca llega, difícilmente te arrepentirás en tu lecho de muerte de haber disfrutado con los tuyos. 

Sólo tienes una vida, así que encuentra tu suficiente, relájate y disfruta. Te lo has ganado.

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