Quedan pocos días para despedir 2022 y los inversores solemos vernos inmersos en esa curiosa costumbre de analizar el año, ponderarlo, o en algunos casos más reflexivos tratar de ver qué se pudo hacer mejor. Cada cual con sus métodos y manías, como no puede ser de otra forma.
Nosotros que somos unos animales un poco diferentes como bien saben ustedes, no solemos hacer demasiado caso de los períodos anuales y tratamos de evitar el ruido del corto plazo ampliando el horizonte. Esto aplica los años buenos, los malos y los regulares y así nos gustaría que siguiera siendo, centrándonos en lo que realmente consideramos importante y haciendo del día a día un culto al trabajo bien hecho, sin muchas más aspiraciones ni místicas que seguir aquello que el rico refranero español inmortalizó con lo de “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Seguir evaluando los modelos actuales que tenemos, testear con esmero y meticulosidad los que están tomando forma en nuestro particular laboratorio o continuar generando ideas nuevas que mejoren y reemplacen otras anteriores, es y será la base de nuestro trabajo. Los años pasados, este que llega a su fin, y con gran probabilidad los venideros, en un proceso que nunca termina.
¿Qué es por tanto lo importante que nos deja un año más, este 2022 que da sus últimos compases?. Para unos será una cosa y para otros otra, siendo todas igualmente válidas, pero a nosotros, en este tiempo de noticias negativas permanentes y de zozobra e incertidumbre mediática nos gustaría recordar unas palabras que escribió Stevenson, el autor de La isla del Tesoro, “Tantas prisas tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir”. Y si lo llevamos al plano inversor, invertir. Seguir la senda con nieve, con frío, con soles de justicia y calor abrasador. Seguir hacia adelante sin mayor preocupación que disfrutar del camino cuando se pueda y de sobrellevar las penas cuando pinten bastos. No hay mucha mejor receta inversora en nuestra opinión.
Y por ello no queríamos dejar que terminase el año sin desearles un 2023 lleno de prosperidad, en lo que esperamos poder ayudar, y de aprendizajes y nuevas vivencias que explorar. Pero ante todo, no se olviden de vivir. En el propio caminar está la recompensa.
¡Feliz Navidad!
El equipo de Adarve
Vivir es perder y ganar al mismo tiempo, vivir es ser capaz de estar en el presente mirando al horizonte, vivir es amar y odiar en un solo acto y a veces a la misma persona, vivir es estar en ebullición al borde de un acantilado, si vives en el propio vivir se te va la vida y si no vives no por eso vas a poder retenerla.
Adaptarse lleva a la victoria, polarizarse al conflicto.
En palabras de Lao Tsé : Aquello que es flexible y suave es superior a lo que se comporta de manera rigida y violenta.
Procuren ser felices, a veces la actitud pesa más que la aptitud.