Transcurría el año 1989 cuándo mi padre me compró mis primeras acciones de Unión Fenosa y Banco de Fomento. Ambas empresas hoy “desaparecidas” del arco bursátil y empresarial por haber sido absorbidas u opadas por otras compañías en su día.
Valga para la historia que, durante el desplome de las bolsas mundiales en 2008, en el índice doméstico IBEX 35 la única empresa que saldó el año en positivo fue, precisamente, Unión Fenosa, por el precio anclado de la oferta de compra que sobre ella había fijado Gas Natural (hoy Naturgy).
Se suele comentar que a lo largo del tiempo las empresas, tanto cotizadas o no, tienden a valer cero porque desaparecen. Es cierto que la mayoría ya no están por diversas razones ya sea: adquiridas, fusionadas, liquidadas, quebradas, etc.
La realidad probabilística o aleatoria, al menos de mi propia experiencia, es que prácticamente la totalidad de las empresas que he tenido en mi cartera de inversión, a lo largo de los años y que hoy no están cotizando por diversas razones, lo han hecho ofreciendo una rentabilidad más que aceptable o, incluso en algunos casos, extraordinaria.
Invertir en bolsa no es “un juego de suma cero”.
… y mucho menos un casino de apuestas como a veces se tiende a pensar. No ganan unos para que otros dejen de hacerlo. En el camino todos los participantes pueden verse beneficiados del crecimiento natural de las economías y de los beneficios empresariales.
A largo plazo la rentabilidad y la tendencia tienen una fuerte probabilidad de ser ascendente. Historias y particularidades sobre índices en determinados periodos de tiempo y empresas concretas (por si está pensando en el índice de Japón a finales de los años 90 o en títulos como Terra, Gowex, etc) siempre hay para poder contradecir, en un determinado momento, la tónica general.
La probabilidad de que exista una OPA (Oferta Pública de Acciones u oferta de compra de una empresa que puede ser de adquisición total, control, exclusión etc) sobre una compañía y que, dicha oferta, sea positiva para el accionista, es elevada. En la mayoría de las ocasiones se paga una prima de rentabilidad por el control o por la adquisición de las empresas. Las empresas tienen valor, se aúnan fortalezas, se reconducen o se aumenta la eficiencia y, como razón final, tratan de ofrecer y mejorar un servicio que demanda la sociedad
En un producto de inversión colectiva – como lo es un compartimento o fondo de inversión – el número de acciones en cartera, tanto por política de inversión como por normativa, es lo suficientemente elevado como para que el hecho de que existan OPAs durante los años en dichos productos de inversión, sean más objeto de la casuística lógica del crecimiento empresarial que de cualquier otra consideración. En mi caso particular, así como en el de otros tantos inversores, con el paso de los años se nos informa de que algunas de nuestras acciones son objeto de una compra sin que hubiéramos pensado jamás en esa posibilidad.
La diversificación en Adarve Altea,
Durante los pocos semestres que se lleva de andadura se han recibido varias ofertas de compra. Alguna, Incluso cuándo se tenía el menor número de acciones en cartera. Es algo lógico que irá ocurriendo con el paso de los años.
Al igual que en Adarve Altea no se buscan empresas específicamente por sus dividendos, aunque finalmente estos lleguen de forma natural en un porcentaje nada desdeñable por el proceso que se realiza, la cartera va recibiendo OPAs que sin ser buscadas – algo difícil de prever -, aparecen como consecuencia natural de estar expuesto y diversificado al mercado.
No sería una curiosidad que durante la presente semana dos de las empresas en cartera de Adarve Altea hayan sido objeto de ser adquiridas, sino fuera porque, a su vez, una de ellas recibe la oferta de se opada por una compañía que también está presente en la cartera.
Pequeños acontecimientos que, aunque no de un tamaño considerable y quizás circunstanciales, van sumando y transcurriendo de forma habitual y que se esperan, como otros eventos en el largo plazo, sean positivos y de valor para los partícipes.
Muchas gracias Marcos por tu siempre lógica y clara exposición de los hechos¡¡